Descripción
TÉSERA DE HOSPITALIDAD (Tésera de las Rabas)
Tésera, del latín tesserae, es una pieza elaborada en materiales como madera o marfil, pero mas generalmente en metal (hierro y bronce). Tenían formas y perfiles variados, aunque lo más común era en planchas laminadas y estaban inscritos por una, dos o más caras. Fueron usados entre las tribus prerromanas y constituyen la prueba material de la existencia de acuerdos y pactos de diversa índole entre individuos, familias o ciudades. Cada una de las dos partes implicadas, como prueba del acuerdo al que se había llegado, recibía una mitad, que al ser
confrontada con la otra, completaba la pieza original. Éste hecho permitía identificar al beneficiario del acuerdo.
La figura fue encontrada en uno de los yacimientos de la Edad del Hierro, en el castro de Las Rabas, Cervatos (Cantabria).
Su cronología podría ser incluida entre los siglos II – I a.C. coincidiendo con la época de mayor auge del castro.
Actualmente esta pieza original se puede ver en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria en Santander (M.U.P.A.C).
La Tésera de Las Rabas es una pequeña pieza de bronce realizada mediante la técnica de la cera perdida, cuya pátina color verde oliva es una de sus señas de identidad. Mide 4.9 cm de alto por 3,8 cm de ancho, siendo su grosor máximo de medio centímetro y su peso de 25,2 gr. En su anverso vemos claramente la representación de un oso desde una perspectiva aérea,
apreciándose perfectamente la decoración por líneas incisas paralelas en el cuello, hocico y en los cuatro extremos de las patas, delimitando unas pezuñas que aparecen remarcadas por un rebaje semicircular a modo de garras. En el reverso nos encontramos una superficie totalmente lisa, anepígrafa (sin inscripción alguna) pero con siete agujeros (cuatro más pequeños en las
patas y tres centrales más grandes) a modo de “hembra” para encajar o unir la pieza hermana del conjunto (aunque a día de hoy sigue sin encontrarse la otra). Su morfología es uno de los aspectos que más llaman la atención, ya que las representaciones zoomorfas en este tipo de piezas suelen mostrar figuras animales de perfil.
A la pregunta de porqué la tésera cántabra no tiene inscripción se ha llegado a interpretar que estas figurillas de bronce pudiesen ser vendidas o intercambiadas entre los diferentes pueblos indígenas para, posteriormente y según el uso al que se destinasen, ser grabados por quienes las utilizasen como téseras, escribiendo a buril, por puntos o con un punzón su clave de hospidium.
Existen varias hipótesis relacionadas con el significado de este animal, entre ellos que el oso debe ser puesto en relación con la divinidad que garantice el pacto de hospitalidad entre pueblos.
Otras teorías defienden que se tata de una representación del sacrificio para ratificar el acuerdo, incluso de la estrecha relación entre el núcleo de población y los osos que convivían en sus alrededores, adoptando el animal una figura a modo de totem identificativo.
Bibliografía:
1- web regiocantabrorum (Tierra de leyenda)
2- Archivo Español de Árqueología 2011,8 Págs 43-50 Rafael Bolado del Castillo – Pedro Ángel Fernández Vega